domingo, 30 de octubre de 2011

La Guerra no mata el amor

Andrés miraba desde lejos a su amada Lucia,nunca dejo de amarla; a pesar de haber estado atrapado en la guerra y secuestrado por traidores, por mucho tiempo,jamas la olvido. Había sido rescatado, llevado a un hospital y le habían dado de alta recuperado totalmente, pero al llegar a su casa después de tanto tiempo, Una triste noticia lo había recibido Lucia ya no era suya. Ahora la mira de lejos preguntándose si algún día lo fue, se le acerca, ella lo ve y corre hacia él, le agarra la mano, diciéndole que lo creía muerto, lloraba, y lo abrazaba desconcertada, pero un recuerdo la atrapaba , a otro hombre le pertenecía. Con sus ojos le deja saber que todavía lo ama pero otra vida la reclamaba. Le da el último beso, le dice adiós ;Andrés la ve irse, pero no pierde la esperanza de tenerla en sus brazos otra vez, se le desprende una lágrima.

La Despedida

Era un día muy bello celebraban el cumpleaños número doce de Julissa, preparaban una gran fiesta para ese acontecimiento, bombas, manteles, dulces, música, toda una algarabía; en medio de la fiesta Julissa invita a sus amigas a su habitación para buscar un juego, recuerda que lo había dejado en su closet busca y sin querer cae una caja envuelta en papel de regalo y llena de polvo. Julissa tristemente recuerda ese regalo, era el que le había regalado su abuelo cuando cumplió cinco años pero lo había guardado sin abrirlo porque fue el mismo día que su abuelo murió en un accidente; fue un día muy triste. Le dice a sus amigas que abran el regalo, era una muñeca preciosa y en su pecho colgaba un corazón de plata, ella abre el corazón y dentro tenia una nota era de su abuelo, decía:"Querida Nieta, Hoy cumples cinco años, te regalo esta muñeca para que la guardes como algo muy valioso y cuando vayas creciendo al mirarla te acuerdes de este pobre viejo qué te ama con todo su corazón." Lloró junto a sus amigas recordando que no se había despedido de su abuelo el día de su muerte y siempre había anhelado hacerlo, pero nunca pensó que la muñeca que había guardado en su closet tenia la despedida de su abuelo, que indicaba claramente que ella siempre fue su tesoro y cuanto la amó, era el mejor regalo que jamás recibió y sonríe....

sábado, 29 de octubre de 2011

Gitana

Gitana enamorada de pelo negro largo azabache , simplemente enamorada,de camino vas. El viento acaricia tu pelo, tus pies descalzos danzan una canción de amor, esperas a tu amado siempre escondido jugando al amor. No imaginas que alguien te observa, te desea y sabe que (el) no vendrá, él le ha quitado la vida (ya), va detrás de ti, amenaza tu vida con el mismo cuchillo que lleva la sangre de tu amado, se acerca, (ya) no hay escape reclama tu inocencia. El asco se apodera de ti gitana, una última mirada te hace valerosa y huyes con esperanza, caes sobre suelo mojado era la sangre de tu amado, ahí está tirado sin vida, te aferras a él, sientes un dolor que te atraviesa el corazón, un frio recorre tu ser, tu sangre gitana se aferra a la de tu amado, tu enemigo huye, pero la sangre de dos amantes enamorados se entremezclan formando un corazón. Quizás dos cuerpos sin vida pero dos almas que se aferran a su amor , Aún en otra vida, Gitana ahora danzas sin parar, tú amado a tu lado está.

Después de ti, ¿Qué?

Una brisa fresca entraba en el cementerio, tocando suavemente el rostro arrugado de Elisa, le recordaba la primera vez que había besado a su fallecido esposo Martín, fue en una playa, la brisa del mar azotaba su pelo con ternura, mientras Martín la besaba, ¡Qué recuerdos tan bellos! …Pensaba. Allí, frente a su tumba y con muchos de sus amigos le daba el último adiós. No quería ser una carga de nadie, mucho menos de su único hijo Alberto al que había criado con todo su amor, convirtiéndose en una persona magnífica que por ella daría la vida, pero seria su carga, el tenía que vivir, como ella misma había vivido su vida, llena de gratas experiencias. En su casa, después de despedir a todos sus amigos y familiares, escribió una carta dirigida a su hijo Alberto, en ella le explicaba el motivo de su partida, le rogaba que no la buscara, que ella regresaría, la dejó junto con su anillo de bodas en su mesa de noche. Antes de salir de la habitación dio una última mirada al lugar donde había sido tan feliz junto a su esposo. Todavía escuchaba su risa, sus ronquidos, también su lamento porque no quería morir (Precisamente en esa habitación se dieron el último adiós), una lágrima se desliza por su rostro, cobró valor, recogió su maleta y hacia su destino su mirada dirigió. Alberto llegó a su casa asustado, su madre no respondía su llamada, la busco por toda la casa, hasta que por fin entro a la habitación y encontró la carta, lloró intensamente, pero comprendía a su madre, ella siempre fue libre. Recibió muchas cartas de ella, de cada rincón del mundo, le decía cuanto lo amaba, hasta que recibió su última carta, en que ella le decía que descansara su cuerpo al lado de su amado Martín, cuando de su viaje regresara. El cuerpo de Elisa ahora descansa junto a su esposo Martín y dicen que la tumba, siempre está llena de flores, flores que no se marchitan, que todos los días cuentan la historia de Martín y Elisa.

domingo, 23 de octubre de 2011

El Rey y la Doncella



Una bella y asustada doncella esperaba en el vestíbulo de un palacio, había sido arrancada de los brazos de su familia para ser placer de un Rey. Ella al verlo sintió gran admiración pues era muy apuesto, él se acercó a ella lentamente, le preguntó su nombre, ella le dijo que se llamaba:"Soledad mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas. El Rey fascinado por su belleza la llevó a la alcoba y la hizo suya, para otras doncellas lo que pasó hubiera sido un honor, para ella solo fue desolación. Pasaron los días y ella accedió a los caprichos del Rey, pero profundamente se negaba a su destino, tenía sueños y esperanzas que anhelaba realizar y quería alcanzarlas; el se enamoró profundamente de ella pero a la par percibió su tristeza. Un día le pidió que fuera su esposa, ella aceptó sin emoción alguna, simplemente resignada; el día de ser reina llegó, y ella muy triste pero decidida le dejó una carta a su Rey y escapó del palacio. El Rey al leer la carta la dejó ir porque un amor nunca se obliga.

sábado, 22 de octubre de 2011

La Petición

Marina esperaba ansiosa a su novio pero él no llegaba, el reloj da las siete,” “ya no vendrá “-dijo en voz alta-. Cuando iba a cerrar la puerta, oye un carro llegar, era él, se mira al espejo y arregla su cabello, le abre la puerta muy alegre, él llega pero muy desanimado, con un regalo en la mano, se lo entrega un poco avergonzado y le dice que hubiera preferido regalarle algo mejor para tan grata ocasión, aún así, Marina corre a abrirlo, miles de emociones se agolpaban en su cabeza pero nunca imaginó encontrar un rompecabezas , lo mira con mucha intriga, él le dice que tiene que armarlo, así que con mucha calma empieza a armar el rompecabezas, pieza a pieza ,y él no se apartaba de su lado, para su sorpresa el rompecabezas era su propia foto con una bella pregunta ¿Te casarías conmigo? Sonríe…

Mi último día

Mi último día junto a ti seria esplendido reviviendo momentos eternos, donde el mar mojara mis pies y el viento acariciara nuestros rostros llevándose las lágrimas. Construiría castillos de arena tan fuertes como ha sido nuestro amor todo este tiempo. Dejaría en cada uno de ellos el más bello cuento de hadas que relatara por siempre nuestra historia. Mi ultimo día lo vivo contigo amor de mi vida, la tristeza no empañara este momento será glorioso, lleno de la esperanza mas fuerte del mundo verte otra vez. Cierro mis ojos.....

Sara

Sara yacía en una cama blanca de un triste hospital, moribunda por un cáncer avanzado, pálida, ojerosa y arrugada pero sus ojos brillaban, su sonrisa no apagaba, esperaba ansiosa la última visita antes que la muerte la visitara por completo. Esperaba a su hijo amado, el que la vida le había quitado por ir detrás de sueños inconclusos y de amores negados. ¡Cuánto tiempo había pasado! ni ella misma lo precisaba, quizás cuando él la viera y la mirara a los ojos sabría cuanto tiempo el reloj había marcado. Una enfermera entra la habitación y la atiende con mucho amor, mirándola con una pena que a ella le causaba desolación porque sabía que corto tiempo le quedaba, esa misma enfermera le había ayudado a dar con el paradero de su hijo Iván, ahora lo esperaba día tras día con la esperanza adherida a ella como la espuma dejada en la orilla por las olas del mar, ya terminada (con) su labor, la enfermera le deposita un beso en la frente y se retira. Tocan a la puerta, ella siente un vuelco en su corazón y dice: “pase”. Entra un hombre uniformado con cicatrices en el rostro: alto, rubio, fornido, y con unos ojos verdes que le paralizaron el corazón, era su hijo. Esos ojos verdes jamás los había olvidado, aún cuando dejara de verlos cuando él apenas crecía, él la miraba pero no la reconocía. Sara sintió tanta tristeza que pensaba que en ese instante su vida se iba pero cobró ánimo, logró levantarse, le dijo que se acercara, tocó el rostro suavemente y le dijo que no se preocupara por no reconocerla, que ella sabía que al hablar y recordar viejas anécdotas él la recordaría, él sonrió, no tuvo más miedo de no recordarla y la perdonó, dándole una última oportunidad. Así estuvieron madre e hijo por un corto tiempo, ella se recuperó un poco y pudo salir del hospital con su hijo que Dios le había devuelto. La enfermera se unió a ellos, renunciando al hospital y quedándose al cuidado de ella; compartieron, recordaron, lloraron tanto, que el amor de hijo a madre fue recuperado. Sara murió en los brazos de su hijo, su último deseo él lo había cumplido, morir mirando la noche y las estrellas con el arrullo del mar.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La Princesa Noble





La princesa Laura miraba sigilosa desde el balcón sú reino, cuanto lo amaba; al día siguiente iba a ser coronada Reina pero algo faltaba, no sentía felicidad, siempre había vivido protegida en el castillo. No era conocida por la gente de el pueblo solo por la realeza. Se preguntaba ¿como iba a gobernar sin conocer la gente y su lamento? Llamó a sú más fiel sirvienta, le pidió prestada su ropa, ella la miraba con curiosidad le dijo que no se preocupara, pero si no hacia aquello jamás se iba a sentir digna de ser Reina. A escondidas se dirigieron rápidamente al pueblo, al entrar vio a los mercaderes extorsionando a todo el que pasaba, las viudas sentadas pidiendo limosnas, prostitutas, los niños con hambre rogando alimento, algunos robando; se dio cuenta de cuanto sufría el pueblo. Pero todo esto cambiaria ella les haría justicia, llamo la atención de todos reclamándoles silencio ,todos la miraban, se descubrió el rostro, ellos quedaron sorprendidos, era la Reina. Sentía tanta ternura por todos y les hablaba llenándolos de esperanza. Ese día el pueblo la conoció,y su nobleza anduvo con ella repartiendo a todos por igual regalándoles un futuro mejor con ganas de creer.

El dia que te vi morir.





Un ángel conmovido por la inminente muerte de una bella niña de cabellos de oros, desciende del cielo, sentía la necesidad de quedarse colgado del último latido de su corazón. Quizás eran sus cabellos que lo hechizaban, o sus ojos color miel que le recordaban el río de color ambarino que circundaba el cielo pero no dejaba de mirarla, permanecía quieto, callado, al lado de su cuerpo. La madre de la niña lloraba desconsolada, enfermeras, médicos, entraban y salían de aquella fría habitación de hospital, la miraban con tanta pena sorprendidos por el amor tan abnegado que ella le profesaba a su hija. El ángel pensaba que morir en esa habitación era injusto, no tenía colores y no brillaba el sol, conmovido le susurraba en el oído a la madre que no dejara morir su hijita en esa habitación de hospital fría e inhóspita, que la llevara a una habitación de muchos colores.

La madre quizás en otro momento pensaría que estaba perdiendo su cordura pero en medio de tanto dolor nada la sorprendía, comprendía que no estaba sola al escuchar ese suave susurro en su oído que la llenaba de esperanza. Les exigió a los médicos que la dejaran ir con su hija, ellos aceptaron sin reclamos y las dejaron ir. Ella condujo su auto por muchas horas, el ángel las acompañaba jamás se despegaba de la niña. Llegaron a un lugar que la niña jamás había visitado y lo que ella no sabía era que su madre se había criado en ese lugar pero un día como adolescente rebelde se escapó y jamás volvió a la casa de sus abuelos. Ellos al verlas lloraban de emoción, el abuelo cargaba la bella niña, la abuela no dejaba de abrazar a la madre; juntos fueron a la que fue su habitación era hermosa llena de dibujos de muchos colores y por la ventana junto a su cama el sol brillaba.

Tomó en sus brazos a su hija, abrigándola en la cama se tumbó con ella y no dejaba de abrazarla, la niña sonreía de felicidad mirando la habitación; los abuelos las dejaron solas. La madre le contaba toda su infancia en ese lugar mágico donde nunca le faltó amor y vivió las más bellas aventuras hasta que se quedaron dormidas. El ángel les regalo un sueño hermoso: juntas corrían por el jardín y se bañaban en un río color ambarino, no paraban de reír y de soñar. La madre despierta por que un rayo de luz del sol le molestaba en la cara, miraba la niña, ya ella no se movía, no respiraba, la llamaba varias veces pero ella jamás respondió, a pesar de tal hondo dolor sentía mucha paz en su corazón por haber vivido con su hija tan bella experiencia y no le quedaba duda que se fue de este mundo feliz.Murió sin frío y con muchos sueños.
El ángel sonriendo regresa al cielo.