Tristemente inerte cruza mi corazón
al destierro,
tu amor era la gota
que calmaba mi sed,
sin él
caminar se hace arduo
y las penas se van
acumulando.
Quisiera gritar,
quitarme esta pena
que empaña
mi alma,
pero sigue allí
esperando un mañana,
tu presencia, tu
mirada.
Alejarme de tu ocaso
ha sido cruel,
negarme tu abrazo fue
mi muerte,
hoy mi corazón cruza
inerte
un desierto llamando tu nombre.