Te sigo buscando en la aurora cada tarde,
quiero beber de la vid de tu aliento
pertenecerte
cruzar el cielo detrás de tu reflejo.
Sentarme a tus pies
y lavarlos con mis cabellos,
vigilar tu sendero
y extasiada escuchar la tierna melodía de tu alma.
Dios omnipotente,
grandioso
padre eterno
en tus manos mi corazón late tan fuerte
que quiero recorrer junto a ti
el anhelado sendero sempiterno.
Y bajo tu amor
tu caricia
dormiré en tu falda
de seda blanca,
mientras acaricias mis cabellos
y mis lágrimas caen del cielo
formando nubes de esperanza.
!Dios acógeme en tu seno!
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