Callada ante el silencio,
floto en riveras uniformes
desisto de mí
de lo vivido
vestida de sal.
Se arrojan las verdades
a un cálido crepúsculo
carcomen mi alma
y callada ante el viento
cuestiono:
este invierno abrasador.
Declino ser ceniza,
promesa robada
manos cortadas
corriente formada en penumbras
por un corazón lapidado
y una lágrima aferrada
a la nada, al llanto...
Glendalis lugo