Ámame

Como aquella noche que nací en tus labios
¡Ámame!
hazme sentir que no existen fronteras entre tu piel y mi piel
y acaríciame hasta el amanecer.

Desnúdame lentamente con tus labios
y que sólo queden vestigios de pasión
enredados entre sábanas de miel.

Bésame hasta el cansancio,
enciende las llamas del placer
y llévame al paraíso que sólo tú conoces bien.

Enlazados y saciados acabamos,
después de haber amado,
mirándonos juraremos amor eterno,
y yo terminaré diciendo:
!Ámame otra vez!